¡Alabemos a nuestro Dios!
Hay días que en realidad hablándolo en sentido humano es difícil alabar a Dios y es que nosotros muchas veces lo hacemos basándonos en el momento que estamos viviendo, es decir que si estamos pasando por circunstancias muy difícil se nos dificulta también alabar a Dios.
Y es que es fácil alabar a Dios cuando las cosas van bien, cuando hemos recibido provisión, cuando hay fortaleza, cuando todo esta yendo perfectamente, pero se nos hace muy difícil hacerlo en medio de la escases, en medio de los desiertos de la vida, en medio de esas etapas de anonimato o en medio de algunas terribles enfermedades.
Hoy quiero invitarte a que alabes a Dios en medio de cualquier circunstancia, en medio de cualquier problema, en medio de cualquier desierto, hoy quiero motivarte a alabar a Dios.
Y es que cuando alabamos a Dios ocurren cosas maravillosas, cuando alabamos a Dios nuestras fuerzas son renovadas, nuestro pensamiento es transformado, nuestro aliento es recobrado, nuestras cargas son quitadas, nuestro espíritu es reavivado, por eso y más debemos alabar siempre a Dios.
El salmista escribía: