Alabando y Adorando
Cuando los problemas parecen no tener
solución, cuando todo a nuestro alrededor se pone en nuestra contra,
cuando pareciera que el silencio de Dios frente a lo que estamos
viviendo es ensordecedor, es allí cuando el alabar a Dios y adorarle
cobra una gran importancia.
Y es que es fácil alabar a Dios en medio
de la bendición, es fácil adorarlo en medio de las respuestas que
necesitábamos, pero no lo es tanto en medio de la prueba, en medio de la
tormenta o en medio del silencio prolongado.
Cuando
alabamos y adoramos a Dios en medio de los momentos más difíciles de
nuestra vida es cuando realmente esa alabanza y esa adoración cobra más
valor y no solo eso, cuando alabamos y adoramos a Dios en medio del
silencio de la prueba es cuando mejores respuestas podremos ver.
Pablo y Silas enfrentaron y vivieron por sí mismos esta situación. La Biblia narra lo siguiente:
“Después de haberles azotado
mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase
con seguridad. El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo
de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. Pero a medianoche,
orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.
Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los
cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las
puertas, y las cadenas de todos se soltaron.”
Hechos 16:23-26 Reina-Valera 1960 (RVR1960)